El Colosseo es sin duda el monumento más emblemático de la ciudad. Con una capacidad para más de 50.000 espectadores, era el anfiteatro más grande del mundo romano. El Coliseo es el lugar donde se llevaban a cabo las mayores luchas de gladiadores, peleas de animales y juegos romanos. Quizás no lo sepas, pero además de estos sangrientos espectáculos, en el Coliseo también se organizaban espectáculos teatrales y recreaciones de batallas. En realidad, el lugar estaba destinado a entretener a la gente, tanto de una manera artística como de una manera decididamente más violenta. Hoy en día es posible visitar algunas partes del Coliseo, incluido el primer y segundo piso, la arena e incluso el nivel subterráneo, donde se guardaban los animales salvajes.

Después de visitar el Coliseo, puedes dirigirte al Monte Palatino, situado cerca.

Según la leyenda, la ciudad de Roma fue fundada en esta colina por los gemelos Remo y Rómulo, dos niños abandonados y criados por una loba en una cueva situada en el Monte Palatino. Desde lo alto de la colina se puede disfrutar de una magnífica vista de la ciudad de Roma y sus monumentos más famosos. Aquí también podrás descubrir la residencia de Augusto, el primer emperador romano.

No debe perderse durante sus vacaciones en Roma el Foro Romano, ubicado junto al Monte Palatino y el Coliseo.

En la antigüedad el Foro Romano era el centro de la ciudad. Es posible caminar entre las ruinas del antiguo mercado y otros edificios administrativos y religiosos.

Después de visitar las 3 atracciones más imperdibles de Roma, puedes dirigirte a la Piazza del Campidoglio. Desde el Foro Romano puedes llegar a la plaza en 15 minutos a pie.

La Piazza del Campidoglio, diseñada por Michelangelo, cuenta con varios monumentos famosos, como el Palazzo dei Senatori, el Palazzo dei Conservatori y el Palazzo Nuovo.

Estos 3 palacios también son conocidos como los Musei Capitolini: aquí podrás admirar pinturas de grandes artistas como Caravaggio o Tintoretto, así como numerosas esculturas y estatuas.